Como siempre, a finales de noviembre, cita con la travesía de orientación nocturna que organiza la Agrupación Deportiva Leiva.
Este año se rumoreaba que sería el Noroeste murciano y así ha sido,
Moratalla, en concreto en el
Camping La Puerta.
Contamos por segundo año consecutivo con José Antonio. Además, vinieron dos chicas, Mari Carmen y Loli.
Quedamos directamente en Moratalla a la hora de comer. Nuestro equipo,
Acho 2013, tenía asignada la salida, TRAVESÍA LARGA, por supuesto, a las siete menos cuarto de la tarde. Así que preferimos comer cerca del lugar donde íbamos a acampar. El bar se llama
"El Sitio" y os lo recomiendo, está en la misma entrada de Moratalla desde la autovía de Murcia. Todo muy rico y a buen precio.
La comida fue divertida, nos reímos un buen rato mientras comíamos y bebíamos. Después fuimos al camping La Puerta a montar las tiendas y prepararnos, pues, como he dicho, nuestra hora de salida este año ha sido bastante temprano.
Una vez todo listo, equipados y cervecita tomada, a la salida pasando por el fotocol (lo que llevo en los labios es protector para que No se me corten, que hacía un frío endemoniado).
Pues nada, tomamos la salida.
En este mes de noviembre hemos pasado de asquearnos por el calor apestoso que se nos instaló en mayo a un frío gracioso, travieso y bonico. Hacía mucho, mucho frío. Lo bueno es que la hora de salida era tempranera, otros equipos salieron casi a las diez de la noche.
La travesía de este año fue muy complicada técnicamente, No lo digo por excusar el pésimo papel que hicimos, sino porque fue así. Si os fijáis en el blog de la Asociación Deportiva Leiva, veréis que los resultados de la Travesía Larga marca una cantidad pasmosa de equipos descalificados por perderse. Incluso "Los Águilas Cojas", un equipo que ha ganado un montón de travesía años atrás, han quedado por detrás de nosotros en la clasificación...
Salimos bien orientados, a buen ritmo y pasando la primera baliza sin demasiados problemas.
Pero después de esa primera baliza nos despistamos en una rambla y nos metimos por la vereda equivocada, dejando a la derecha el ramal bueno de la rambla, subiendo por un cerro por el que No tendríamos que haber subido, hasta casi arriba del todo, y desviándonos del camino bueno un mundo. El caso es que cuando nos dimos cuenta estábamos a tomar por saco del camino correcto.
Pues bien, tuvimos la feliz idea de desandar lo andado y tomar la ruta correcta pero en vez de desandar en sentido estricto, intentamos atajar metiéndonos en una zona peligrosa, con monte y monte bajo cerrado. Volaron los resbalones, culazos, guantazos y magulladuras varias con zarzas,...
Al final conseguimos bajar de aquel lio, estábamos contentos por estar abajo pero desmoralizados, helados de frío, cansados y llenos de raspones de maleza y de los resbalones.
Las chicas se portaron como auténticas sufridoras, cualquier otra te monta allí arriba una pajarraca de la hostia; se supone que nosotros éramos los que orientábamos al equipo y las llevamos de cabeza a un sitio bastante comprometido. De milagro No nos rompimos algo, y si nos rompemos algo, se hubiese liado pero bien, porque el acceso era complicado. En fin, que estuvieron muy bien, No nos echaron nada en cara, ni una queja, ni un mal gesto, ..., un lujo de zagalas. Eso sí, el próximo año me da a mí que No se vienen con nosotros.
Una vez abajo y retomando el camino bueno, decidimos que aún nos quedaba más de la mitad del recorrido y nos retiramos, era muy muy tarde, habíamos perdido mucho tiempo y con muchas energías y moral consumidas. Para colmo, de vuelta al lugar donde estábamos acampados todos, tuvimos que atravesar una propiedad privada porque volvimos a meter la pata con el plano y unos perros sueltos nos rondaron, era un caserío y unos semilleros; tenían perros grandes sueltos por allí aunque parecía que NO dormía nadie. Por suerte eran grandes pero cobardes, nos ladraron mucho pero ya está, hubiese estado bien que encima de la noche que llevábamos hubiésemos tenido que lidiar con perros grandes y agresivos.
Llegamos relativamente temprano, a las doce y cuarto de la madrugada. En total unas seis horas y media de caminata. Comunicamos a la organización que nos retiramos y estábamos sanos y salvos. Recogimos nuestra camiseta y nos fuimos al bar del camping a tomar cervezas y alguna copilla. A las tres menos cuarto nos metimos en la tienda. Un frío pasamos de la leche.
Por cierto, el equipo que mejor lo hizo se le fueron más de ocho horas, así que imaginaos la dureza del recorrido. No era raro terminar habiendo empleado más de nueve horas.
Pues nada, ya sólo quedó levantarse mas helado que un chambi a la mañana siguiente, tomar el desayuno y a casa.
A pesar del chasco, mereció la pena, como siempre.
Os dejo el enlace de la travesía del 2010 en La Sierra del Gigante (Lorca), que fue particularmente dura; por si os habéis quedado con más ganas de batallitas abuelo cebolleta. Saludos, querid@s, nos vemos en el camino.
http://esindiferente.blogspot.com.es/2010/11/la-sierra-del-gigante.html
